miércoles, 30 de marzo de 2011

Dos años hundidos en la incertidumbre ... y sin salida

Dos años llevo enfermo, anímicamente mal,
como muchos otros, sufriendo la incertidumbre
de los poderosos.
Cual maligna plaga de langostas hambrientas
se apoderaron de nuestro sustento para vivir.
Nuestros hijos, carentes de positividad
en la lucha por salir de la oscuridad.

Tiempos de hastío y desorientación, deambulando
por tierras de asfalto y árboles de cemento,
buscando donde enterrar su amargura, para buscar
el sustento de su hogar y la hipoteca pagar.
Poder pedir a los carroñeros, que no amasen más capital,
que de los débiles dejen de abusar, dejándoles sin pan.

Cuántos sueños rotos, al vivir la orfandad laboral.
La impotencia y desazón se apropian de nuestro ser
nuestros hogares son lúgubres al perder el Sol
que calentaban las bóvedas de nuestras almas
con su luz.

¡Queremos vivir libres del infortunio que nos encerró!
En la cárcel de la orfandad laboral, acrecentando más
el dolor en nuestros espíritus.

Antaño, nuestros corazones llenos de gozo,
al ver la lontananza en nuestros hogares,
viendo sonreír a nuestros hijos,
en la cama de la ilusión, tejiendo su verde futuro.
¿Cuándo volverán esas primaveras
para gozar de su perfume limpio sin contaminación alguna?
¿Cuándo dejaremos de acostarnos con el miedo, cuándo?

Que los nuevos amaneceres dejen de ser nada.
Que la alegría de vivir y amar vuelvan a nosotros.
Que no oscurezcan ese Sol, que da paz y sosiego a nuestras mentes.
¡Basta ya! que nos reconstruyan el futuro,
que un día dejaron desnudo nuestro hogar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario