sábado, 25 de octubre de 2014



En el metro de nuestras vidas

Transeúntes por el metro de nuestras vidas
túneles de sueños,  llenos  de fantasías, resucitan en nuestros fríos inviernos.
Vagones tenues, llenos de almas  ensimismadas y pérdidas, navegando en sus interiores rutinarios de sus lascivas vidas.

Mujeres y hombres agarrados a la barra de sus vidas.
Hembras sin maquillar,  pero con el vivísimo fuego de una primavera salida.
sus entrañas, tierra mullida deseosa de que un buen arado, llegue a su bahía,
que introduzca la dura y ardiente reja, y a sus entrañas la deje servidas.

El macho azaroso entre el tumulto de la gente refregándose su cuerpo como
en latas de sardinas, tanto roce, que el hambriento deseo aumenta su adrenalina
Juego… discretas manos, entre la fronda de los cuerpos surgen las caricias
escondidos en la discreción, llegan al orgasmo en la alfombra de la tierra mullida.

Atrevido cuerpo, se restriega con el nuestro despertando los sentidos emocionales,
en el vagón de nuestra partida, lleno de perfume de esta primavera florida.
Tanta agua del  placer, bañaba nuestras pieles, haciendo surgir el amor,
otras veces, solo  deseo, pasión y sexo en la mesa efímera de nuestra peregrinación, por una naturaleza insulsa y vacía.

En el metro de nuestras vidas se adentran,
sueños maquinados; enfermos sueños en cuerpos débiles, atrapados en las mismas sombras del abismo del mal.
Otras almas aunque ingenuas, pero torpes, caminan con ese miedo de las más podridas; por no poder salvar, a que sus vidas no hayan valido para ná.

Otras más recatadas, ahogadas en sus interiores por sus propias lágrimas
por que el amor desapareció,  una funesta triste y grisácea mañana.
Otras, con rostros medios adormilados, al rozarse con otro polo, se le despiertan a ambos el glaciar helado, tanto tiempo esperando a ese sol de amor, que lo valla
con sus rayos a nuestros cuerpos desahuciado,
Y juntos, labremos la tierra de nuestros cuerpos, sembrando la semilla del amor.
Asta que llegue, ese día de la estación de la cosecha y abandonemos nuestras tierras  para descansar, sobre la cama mullida y eterna del amor, en el paraíso fructífero del creador.
                                                                                       
                                                                                  
                                                                                          20de Abril del 2013
                                                                                   www.el-obrero-poeta.blogspot.com



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