lunes, 1 de abril de 2013


.                 Llamé a tu puerta
       Y me devolviste
            Al purgatorio  Terrenal  
                   
                        I

   ¡OH…… mi Señor!
Aunque haya olvidado poner,
el pergamino de mis desdenes
y exclamaciones hecha oración
a tus pies;
Tu sabes mi Señor, que mis pensamientos
consumidos “casi muertos”
¡Te gritan! momento a momento,
día a día, ¡OH Dios!
¡Tú das la vida, y tú la quitas!
                         ¿Por qué, “juegas conmigo”
haciéndome marioneta en tus manos?
¿Por qué , nos interpones ese muro
tan desmesuradamente frió y opaco
sin dejarnos cruzarlo, para alcanzar
esa patria de paz que todo ser humano
anhelamos? 
¡Padre. Omnipotente Señor.. !
Ardemos en deseos de alcanzar
tan codiciado  mar sosegado.
Para  poder bañarnos en sus aguas cálidas
llenas de quietud.
“Hermosa brisa” arropando de calma a nuestras almas

¡Tú!... con tu mirada cálida firme y serena,
visualizas con pasividad, como es estrellan
en ese muro que pusiste como rompeolas;
a los  océanos de lagrimas, angustia y dolor.
Se estrellan nuestras suplicas y lamentos,
haciendo oídos sordos a nuestra suplicada petición.

¿Por qué, estando en el camino de la luz Celestial
Tu  Luz, se nubla y nos manda
volver al purgatorio de la vida terrenal?
¿Por qué y para que?
¿No ha sido bastante el agua derramada de mi alma,
Como el alma de otros muchos, que están nadando
en la oscuridad de la nada?



.                           II


 ¡Padre..!
                               ¿No ves como las cascadas de mis ojos, regando están
la parcela de mi rostro, como otros tantos rostros?
 Dejando nuestras almas y mentes, llenas de enigmas
sin comprender nada: Aclárate, y ¡danos esa luz!
Para que entiendan nuestras mentes tu proceder
   
Mi Señor...
¡Danos esa luz que ilumine nuestros corazones!
 Danos ese sol, que ilumine y caliente
nuestras bóvedas sombrías:
llenas de telarañas de incertidumbre,
que taponan las ventanas de nuestras almas.
¡Quedándolas en la oscuridad!

Por eso te pido, que me mandes esa luz que tanto ansío
Para bañarme en la quietud de tu karma.
¡Señor, ayúdame! ayuda a tus hijos, que como yo: te imploran
y  suplican dejar este infierno, de inquietud y angustia
en el túnel de la oscuridad

.
          
                                                                            Enero del 2010
                                                                                     El Obrero Poeta.

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