martes, 26 de octubre de 2010

Amor de una aldeana

El amor… ¡tú eres el amor!
Amor, eres como el sol al morir
la mañana en pleno hastío
con su manto fogoso.

Insertan la chispa tus ojos
sobre mi cuerpo adormecido.
El roce de tus piernas bajo la mesa,
despierta mis sentidos;
dando paso a las caricias.

Somos tierra y arado
amor mío…
Rozando la corteza de mi piel
suscitas mis sentidos,
haciendo que el interior de mi ser
se prepare para ser amado y deseado.

Tú, mi amor
como hierro candente introduces
tu reja dentro de mi ser,
haciéndome gemir de placer y dolor,
al unísono,
hasta que la pelvis de tu vertedera
se junta con mi mullida tierra
y explotan de placer ambos cuerpos.

¿Quieres ser el gañan de mi hacienda?

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